Ojalá podamos con todos los sueños y proyectos que a lo largo de tres días se acumularon en medio de la rueda de la palabra, junto al fuego de «Kaaño etxea». Ojalá sean dignos de superior apoyo. Ojalá de nuevo círculos de almas y tiendas de colores junto a la Casa de las Estrellas-Izar etxea (www.pirinea.org), círculos juntos al dolmen ancestral en el primero de mayo (www.aralar.es), aros sagrados sembrados por el camino sanabrés desde Ourense hasta Fisterra en agosto del 2022 (www.peregrinea.org)… Ojalá círculos sagrados todavía más osados a lo largo de la ruta cátara en el verano del 2023… El Cielo nos otorgue fuerza y salud para seguir tocando el cuerno, la txalaparta y llamando, para seguir unidos cantando y danzando, compartiendo el pan y el aliento, enriqueciéndonos mutuamente y creciendo… Ojalá podamos organizar un gran Foro Espiritual (www.foroespiritual.org) a comienzos de próximo julio, en el que los hermanos y hermanas de las diferentes tradiciones puedan volcar lo mejor de sí mismos sobre el altar universal del Paseo de los Llanos en Estella.
Costó llegar a la casa de los sueños. No ayudó la noche fría y lluviosa. La pendiente nos venció, derrapamos y alguna rueda se escoró a la cuneta. A nuestros sueños y proyectos tampoco les faltará la noche fría, sus obligadas, sus imprescindibles cunetas, sus pavimentos estrechos, mojados y cubiertos de hojas de otoño. No nos falte tampoco el ánimo para levantarnos de nuevo y seguir llamando con sigilo, con paciencia, con ternura si cabe, al Amanecer que nos aguarda. Deseamos empujar en la dirección adecuada, cumplir con nuestra humilde parte dentro de ese infinito y maravilloso Plan que nos sobrepasa, que nos desborda, pero al que deseamos servir por entero. Por lo menos ahí estaremos, lo seguiremos intentando, abriremos nuestros corazones y brazos para ponerlos a la disposición de lo Alto.
Era la reunión anual de Aroa, el otoño fiero en el que se reunió la savia nueva y la antigua, la experiencia y el ímpetu más joven, la raíz y las ramas, el pasado y el futuro… Ojalá el vínculo se afirme por siempre. Era el momento en el que lanzamos a los Cielos un nuevo guiño en solicitud de asistencia y amparo. Ojalá una sola Tierra, un solo corazón. Ojalá caminemos unidos por siempre la familia de Aroa. Ojalá todas las familias espirituales, todos los movimientos serios de nuevo en comunión, tal como somos invitados desde Arriba. Aunque nos sorprenda la sombra fría, aunque derrapemos en otoño, aunque en algún momento nos venzan las cuestas empinadas, ojalá el Amor del Padre Madre celestial nos mantenga por siempre unidos/as.